El Perdón de Pecados

 

¿Qué Significa?

 

 

 

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño” (Salmo 32:1-2).

 

Perdonar no necesariamente es olvidar la falta, sino “cancelar la falta” cuando Dios nos perdona a nosotros, el ya no cuenta nuestros pecados contra nosotros. “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Cor. 5:19-20). Los hombres no pueden deshacer el pasado, pero Dios puede cancelar nuestros pecados pasados para que ya no seamos culpables.

 

Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste. Selah. Reprimiste todo tu enojo; Te apartaste del ardor de tu ira” (Salmo 85:2-3).

 

 

El perdón  libera de la esclavitud del pecado

“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Jn. 8:34).

 

“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (Rom. 6:16).

 

“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Rom. 8:2).

 

“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado” (Rom. 6:3-7). 

 

El perdón libera de la deuda incurrida por el pecado

“Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas” (Mat 18:23-35). 

 

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 6:23).

 

El perdón libera de la culpa a pesar de lo que uno pueda merecer. El perdón no se debe confundir con injusticia, como cuando una persona culpable escapa del castigo a través de mentiras o sobornos. El perdón es un perdón; el pecado era real pero ahora ya no importa porque el precio fue pagado por la sangre de Jesucristo (Ap.1:5; Hechos 20:28).

 

El perdón crea la oportunidad para un nuevo comienzo

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Cor. 5:17).

 

El perdón significa que el viejo expediente está vacío, y uno aparece como si nunca hubiera pecado. Su pasado no importa para Dios, porque ha muerto al pecado y ha experimentado un nuevo nacimiento (Jn. 3:3-7; Rom. 6:3-7). El pasado es enterrado por el amor de Dios, Dios y el hombre ya pueden comenzar una nueva relación de pacto, lograda por la sangre de Jesucristo. Este nuevo nacimiento permite a un hombre empezar con Dios. En esta nueva relación en Cristo, él puede pensar, actuar y hablar como Cristo.

 El perdón es  el medio por el cual Dios reconcilia el mundo

“que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Cor. 5:19).

 

La reconciliación es volver a la amistad un mundo que fue distanciado por el pecado. El pecado separa a los hombres de Dios (Is. 59:2), por lo que Dios ya no escucha las oraciones del hombre. El perdón restaura la relación mediante la eliminación de la causa de la separación, es decir, el pecado. Quitado el pecado, e hombre puede acercarse una vez más a Dios por medio de Cristo. El perdón es mejor que simplemente olvidar, por el perdón Dios demuestra su amor para con nosotros en que el envió a Jesús a morir por nosotros (Rom. 5:6-8). En aquel momento éramos débiles, impíos y pecaminosos. La cruz de Jesús llega a nosotros en amor y “nos impulsa” a querer amarle y servirle: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Cor. 5:14-15). 

 

 

 

 

(Material de estudio; reunión de predicadores en la Col. Guayulera, Saltillo Coahuila México)